jueves, 29 de septiembre de 2016

La luna.

Siempre hay tiempo para todo, desde ver cómo crece una flor hasta perder la mirada en alguien a quien podemos hablar. Me refiero a la luna, aquella a la que definimos como astro que gira sobra la Tierra, pero que resulta ser mucho más.
Mirándola, he dejado de lado todo y me he elevado al nivel de las estrellas para contemplarla mejor. Nunca me había parado a descubrirla y profundizar en ella, pues resulta que en su interior esconde cosas muy valiosas. Básicamente, he sentido magia. Por mi cuerpo corría un sentimiento de pureza y de luz cargado de recuerdos. He vivido momentos que consideraba perdidos y he recordado que todo es posible si se cree en ello.
La luna ha soportado llantos de quienes sufrían, victorias o incluso pérdidas de los luchadores que buscaban su felicidad. Y mírala, todavía está ahí porque es fuerte, porque cree que todos nosotros también lo somos y que podemos superar cualquier obstáculo y brillar ante todo. Ella es un gran ejemplo para ello; sigue ahí, y aunque las nubes puedan taparla, nunca permite que le roben su esencia.
Y todo eso también me ha llevado a pensar en quiénes somos cada uno de nosotros y en cómo dirigimos nuestra vida. En los sueños y en las metas que tenemos en mente pero que por miedo no nos arriesgamos a cumplir. En todo lo que tenemos a nuestro alrededor y lo poco que lo valoramos. Deberíamos estar felices por saber que contamos con la presencia de personas que desean acompañarnos en nuestro camino y de poder vivir cada día y dar un paso más.
Tenemos que ser, pues todo es efímero, mas la luna es eterna y podemos confiar en que cada noche va a estar cobijándonos y enseñándonos que si ella ha podido, nosotros también. Soñemos en grande, amemos, disfrutemos cada día y dejémonos ser quien queremos, no importa cuán esfuerzo haya que realizar ni cuantas veces tengamos que pedirle consejo a la luna porque ella siempre nos va a escuchar.

Si buscamos la luna,
quizá sean las estrellas
las que nos encuentran.
Si indagamos en un corazón,
puede ser que averigüemos
el significado del amor.
Pero si profundizamos
en nosotros mismos,
dime tú qué hallamos
en nuestro interior.

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